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Revista Olímpica

Celebración. El orgullo de nuestras mujeres atletas

Este miércoles, 8 de marzo, se celebra en el mundo, el Día Internacional de la Mujer. Esta es una ocasión propicia para recordar la dura lucha que sostuvieron las mujeres para ser aceptabas en los Juegos Olímpicos, anhelo que fructificó en 1920, en Amberes, Bélgica. En Colombia, por primera vez integraron mujeres, la delegación nacional olímpica, en los Juegos de México 1968. Hoy, la mujer es la reina del deporte olímpico en nuestro país.

Por Clemencia Anaya Maya

Vicepresidenta Academia Olímpica Colombiana

Hace 100 años, las mujeres apenas se asomaban tímidamente a la práctica del deporte. Apareció en 1910 el liderazgo femenino más desconocido de la historia y más relevante para nosotras en la actualidad, el de Alice Milliat, la pionera del programa femenino en los Juegos Olimpicos modernos.

Sabemos que las mujeres se ponen metas y no descansan hasta alcanzarlas, que a pesar de los estigmas y paradigmas, la esperanza las fortalece en la adversidad y en la dificultad. Por ello vamos a ver cómo, gracias a la visión de Coubertin, el restaurador de los Juegos Olímpicos modernos, las mujeres se “antojaron” de practicar diferentes disciplinas deportivas y se atrevieron a lucir trajes de baño ceñidos al cuerpo para nadar, así su participación ni siquiera apareciera en los registros oficiales del Comité Olímpico Internacional, COI, en Amberes 1920, en los cuales jugaron tenis de campo, aun cuando sus atuendos distaban mucho de ser adecuados para competir sobre la arena olímpica y correr con el viento en contra, así hubiesen tenido que esperar hasta 12 años y durante ese lapso hubieran tenido hijos como es el caso de Fanny Blankers Coen, más conocida como La holandesa voladora.

Alice Milliat.

Mientras eso sucedía en Europa a principios del siglo XX, por aquí en nuestro país apenas iba introduciéndose la palabra “sport” como lo innovador y lo chic de la época. Los deportes llegaban gracias a que los jóvenes aristócratas de la época iban a estudiar, aprendían, practicaban y hacían propios los deportes de su predilección, regresaban luego al país con sus familias y amigos para compartir conocimientos y experiencias.

En todo ese proceso, por supuesto las mujeres estaban presentes aun cuando no fuese bien visto que practicasen algunos deportes. Sin embargo, lentamente ellas fueron conectándose con la nueva ola europea, que se reflejaba en las revistas que llegaban al país y que daban a conocer las más famosas mujeres que disfrutaban haciendo tenis, golf, natación o gimnasia.

Así como hoy, a través de internet y todas sus manifestaciones tecnológicas, las modas se dan a conocer, a principios del siglo XX era más lento, pero igualmente atractivo para las jóvenes, que con entusiasmo iniciaban la exploración de una práctica deportiva, pero que sin duda acogían la indumentaria y la imponían en los distintos niveles sociales.

Las mujeres, en Colombia

Ejemplos de esta situación son narrados con detalle en pasajes del libro El Gimnasio Moderno en la vida Colombiana 1914 – 1989, escrito por Gonzalo Mallarino Botero, en 1990 y publicado por la Editorial Villegas Editores. Entre 1920 y 1930 se aprecia una gran acogida de deportes como el polo, el golf, el ecuestre, el tenis, el fútbol en los clubes sociales y poco a poco, a medida que crece la ciudad y aparecen los parques y el famoso estadio Nemesio Camacho El Campin, que aumentaría la afición del fútbol y daría la oportunidad a las mujeres de unirse a la fiesta, al menos para portar las banderas y estandartes en los desfiles de inauguración, ser damas acompañantes o premiar algunas competencias.

Para la década de 1930 ya las mujeres habían dado el paso para acercarse al baloncesto, e incluso el voleibol. Aparecen líderes femeninas que se atreven a organizar eventos deportivos y que, acompañadas de los medios de comunicación, logran que más niñas y jóvenes se unan al deporte.

La historia nos llevaría a los Juegos de Berlín 1936, con la primera delegación masculina colombiana que tomaría parte por primera vez en los Olímpicos. Entre los siete atletas que allí se hicieron presentes, viajaba uno muy especial, Hernando Navarrete, quien era nada menos que el hermano de Cecilia Navarrete, una de las mujeres que por la década de 1930 asombraría al país por sus condiciones para la práctica de los deportes. Su pasión por el atletismo y el baloncesto, este último lo practicó hasta el último de sus días y le permitió representar al país en los Juegos Bolivarianos que se realizaron por aquella época en Bogotá, en 1938. Ella ganó en esas justas tres medallas de oro y los medios la dieron a conocer en todo el país.

Su destacada actuación tuvo una gran repercusión en Colombia, en términos de participación de las niñas y jóvenes en el atletismo y el baloncesto. Pero no lo suficiente para que las mujeres fueran consideradas para tomar parte en los Juegos Olímpicos. Pasarían treinta y dos (32) años para que tal maravilla pudiera ser posible y que nuestras mujeres participaran por primera vez en México 68, es decir, que para los Juegos Olímpicos Tokio 64, en la delegación de Colombia que incluía  atletismo, ciclismo, esgrima, natación y tiro, para un total de veinte (20) atletas, no había ninguna mujer.

Así las cosas, en México 68, Colombia  vio nacer a una  estrella a quien rindo siempre tributo por su enorme pasión y amor por el deporte, Olga Lucía de Angulo. Ella se convertiría posteriormente en la atleta mas joven que haya representado a nuestro país en unos Juegos Olímpicos, con 12 años, y, además, de convirtió en referente nacional para miles de niñas y jóvenes, que darían el paso hacia la práctica del deporte.

Mariana Pajón, Caterine Ibargüen, Ximena Restrepo y María Luisa Calle, quienes han ganado medallas olímpicas para Colombia.

Dos décadas después veríamos con suprema alegría a Ximena Restrepo alcanzar la primera medalla olímpica femenina en Barcelona 92. Cuando nadie lo esperaba, subió al podio para recoger su bronce en 400 metros planos. Para completar la racha de sorpresas, sería en Sídney 2000, en donde las lágrimas no se hicieron esperar, al celebrar Colombia la primera medalla olímpica de oro, gracias a María Isabel Urrutia quien defendió su oportunidad como la gran atleta que es, combativa y luchadora, porque se dudaba de sus resultados, por una lesión de rodilla.

El nuevo milenio nos ha llevado de alegría en alegría, con esfuerzos y disciplina, a observar mujeres valiosas, determinadas a alcanzar sus sueños, como María Luisa Calle (ciclismo) y Mabel Mosquera (pesas), quienes alcanzaron medallas de bronce en Atenas 2004, y a partir de entonces el mundo empezó a ver que Colombia tenía un gran potencial en sus atletas mujeres, porque aparecieron Jackeline Rentería (lucha) y Leidy Solís (pesas), quienes subieron al podio por bronces, en Pekín 2008.

El Movimiento Olímpico hoy reconoce el tremendo avance de nuestro país y, sobre todo, el fascinante aporte que las mujeres han hecho a los resultados en Juegos Olímpicos. En Londres 2012, las risas y los abrazos fueron constantes, por la felicidad de observar tan magníficos resultados de nuestras mujeres. Apareció en la escena olímpica, Mariana Pajón, hoy reconocida como la “Reina del BMX”, para darnos oro y hacer que el mundo volteara la mirada con admiración hacia una delegación que, además, se llenó de imparables triunfos, con la medalla de plata de  Caterine Ibargüen y los bronces de Yuri Alvear, Jackeline Rentería y Ubaldina Valoyes.

Los resultados de nuestro país en Río 2016 serían reveladores. Las mujeres colombianas se tomaron estas justas, para demostrar la paridad de su aporte con respecto a la participación masculina. Cuatro de las ocho medallas ganadas en estos Juegos estuvieron a cargo de Mariana Pajón, Caterine Ibargüen, Ingrit Valencia y Yuri Alvear.

En Tokio 2020, los hombres descontaron un punto, porque se obtuvieron cuatro medallas, tres por los hombres, Anthony Zambrano, Luis Javier Mosquera y Carlos Ramírez, y dos por las mujeres, Mariana Pajón y Sandra Lorena Arenas. 

Nuestras excepcionales atletas, que recorren caminos, tienden puentes de amistad y fortalecen lazos de alegría, nos han sorprendido, al observar que de las cinco medallas de oro obtenidas por Colombia en toda su historia, ¡cuatro han sido conseguidas por mujeres!

Para nuestro caso, entonces, podemos decir, que la participación femenina colombiana  a lo largo de la historia olímpica ha tenido felices destellos de participación y constantes avances, así como contundentes resultados. Esas mujeres, a las que se les abrió el camino olímpico en 1968, aquellas de las que se decía que sólo podían participar en calidad de damas acompañantes o porta estandartes o en alguna oportunidad especial, para premiar a los ganadores de tal o cual torneo, o las reinas de belleza de los eventos deportivos, hoy son ejemplo ante el mundo por su liderazgo, sus habilidades y su gran capacidad competitiva.

Las cuentas se ponen interesantes, al observar que de las 33 medallas olímpicas obtenidas por Colombia en toda su historia, 17 han sido logradas por mujeres. ¿Qué será lo que vamos a ver más adelante?