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Revista Olímpica

El recuerdo de un grande

Entre 2001 y 2006, el bogotano Juan Pablo Montoya se convierte en un referente del automovilismo mundial gracias su paso por la Fórmula 1, la máxima categoría de este deporte. Su balance fue histórico, porque ganó siete carreras, logró 15 segundos lugares y ocho terceros puestos, 13 poles y 307 puntos sumados.  

Por Jorge Camilo Puentes

Periodista

Los logros conseguidos durante su carrera permitieron que Juan Pablo Montoya pudiera llegar a la Fórmula Uno, si bien durante su militancia en la Fórmula 3000 pudo ser piloto de pruebas, fue en el 2001 cuando se confirmó su paso ya como piloto titular, en este caso de la misma escudería que le dio la posibilidad como tester: Williams. 

La escuadra británica ha sido considerada como una histórica del mundo motor pero no ganaba un título desde 1997, de hecho su exitosa alianza con Renault había sido historia y ahora pasaba a competir con motores BMW.

Montoya llega al equipo en reemplazo del británico Jenson Button y compartiendo filas junto al aleman Ralf Schumacher, hermano menor de Michael, piloto de Ferrari, quien ese año logró su primer título con el equipo italiano y tercero de su palmarés. 

El bogotano comenzó su paso por la Fórmula Uno en el 2011 a bordo de un FW23, en el Gran Premio de Australia, en el cual llegó a estar en los primeros lugares en algunas vueltas, pero tuvo que retirarse; idéntica situación logró en Malasia, pero en la tercera fecha en Brasil, tuvo la ‘osadia’ de superar en una vuelta a Michael Schumacher, y fue líder de la carrera, durante 15 giros, pero un choque lo privó de conservar esa privilegiada posición.

Su primer podio llegaría apenas en la quinta fecha en España y habría que esperar otras dos fechas para lograr otro podio: en el Gran Premio de Europa celebrado en Nurburgring (Alemania). No obstante, su gran campanada la dio el 16 de septiembre, en el el marco de la fecha 15 del Mundial, cuando logró de forma indiscutible el Gran Premio de Italia. 

Montoya alcanzó la pole position en la carrera celebrada en el circuito de Monza y llegó a intercalar el liderato con Ralf Schumacher y Rubens Barrichello, hasta que en la vuelta 42 consiguió el liderato que no soltó hasta el final; el triunfo consagró al piloto capitalino como el octavo en lograr un triunfo en su primera temporada en dicha categoría; a ello se le sumó que ese mismo día cumplía años su padre Pablo, quien lo apoyó desde pequeño. 

Luego de otro retiro en Estados Unidos (el undécimo de la temporada), Montoya logra otro podio en Japón y termina sexto, con 31 unidades, a ello se le suma que termina como Novato del Año, en ese campeonato que le dio su cuarto título a Schumacher. 

Su segunda temporada fue aún mejor: si bien fue la primera en mucho tiempo en la que no lograba un triunfo en alguna carrera logró sumar desde un principio y se llevó al final de la temporada cuatro segundos lugares y tres terceros puestos, aparte de siete poles positions, números suficientes para terminar tercero en la clasificación general, solo superado en la lucha por el título por los ferraris de Michael Schumacher (quien iguabala a Juan Manuel Fangio, con cinco campeonatos) y del brasileño Rubens Barrichello. 

Pese a que no se pudo lograr algún triunfo, ya varias personas ligadas al automovilismo veían a Montoya como un potencial campeón mundial a futuro.  Varias personalidades, incluso, llegaron a verlo como el sucesor del brasileño Ayrton Senna. No obstante, la mejor opinión fue la dada por Michael Andretti, un estadounidense ligado al automovilismo de su país, ex piloto de Fórmula Uno e hijo de un ex campeón mundial: Mario Andretti: “Creo que si lo ponen en un auto igual, le puede ganar a Michael Schumacher. Demás, Juan Pablo es mentalmente muy fuerte, no la embarra respecto a lo que otros puedan pensar, y así es como debes ser en la Fórmula 1”[1]

No obstante, de todos los años en los que participó en la Fórmula Uno, el más fructífero y en el que todos pensaban que podía ser campeón mundial fue en el 2003, en el cual llegó a ser una seria amenaza para Michael Schumacher, y llegóo incluso a rivalizar por el título del campeonato, junto con el finlandés Kimi Rikkonen, que en ese entonces militaba en el equipo McLaren. 

En ese 2003 logró cinco segundos lugares, dos terceros puestos y dos triunfos, uno en Alemania y el otro en el prestigioso circuito del Principado de Mónaco, en el que logró su mejor triunfo parcial, en la máxima categoría del automovilismo mundial. Montoya peleó hasta el final por el título de aquel año, pero un retiro en la última fecha en Japón lo dejó en la tercera casilla. 

La última temporada de Montoya con Williams estuvo marcada por los malos resultados del monoplaza, cuya nariz (inspirada en la raya) generó polémica, a tal punto que a mediados de temporada tuvo que volver a su antiguo diseño; aún así, el bogotano se las arregló para lograr tres podios, entre ellos el triunfo en la última fecha en Brasil, que fue el último triunfo de Williams por muchos años. 

El paso a McLaren 

Durante la temporada 2004 se habló mucho acerca del futuro de Montoya. Equipos como Toyota o Ferrari comenzaron a aparecer en su horizonte. No obstante, a mediados de aquel año fue confirmado como nueva contratación del equipo McLaren, para el 2005. 

El nuevo equipo de Montoya había sido fundado por Bruce McLaren, un neozelandés que compitió en la Fórmula Uno y en Las 24 horas de Le Mans, que falleció a comienzos de los años 70’s. Dentro de los pilotos más prestantes estuvieron Mika Hakkinen, Ayrton Senna, Alain Prost y Niki Lauda, entre otros. 

Montoya compitió bajo el monoplaza MP4 – 20 propulsado por un motor Mercedes. Sus comienzos en el equipo británico no fueron los mejores, porque en las diez primeras fechas no logró ningún podio, y en tres de ellas no participó. No obstante, el 10 de julio cosechó su primer triunfo con McLaren, al vencer en Inglaterra, por delante del español Fernando Alonso y del finlandés Kimi Riakkonen. 

El piloto bogotano conseguiría dos triunfos más, uno en Italia, en donde logró un récord histórico de velocidad en prácticas, y en Brasil, dos fechas antes del final de la temporada, válida en la cual Fernando Alonso celebró el título de forma anticipada. Al final, Montoya terminó cuarto en la clasificación general, con 60 puntos, una temporada que, a su juicio, fue algo muy diferente de lo que tenía pensado: “En ciertos aspectos, integrarme en McLaren fue más sencillo de lo que esperaba. El trabajo con los compañeros ha sido bastante bueno. No obstante, la manera de trabajar es completamente distinta a lo que yo estaba acostumbrado”[2].

Pese a ese primer año, el 2006 fue la culminación de Montoya en la máxima categoría del automovilismo mundial, al lograr solo dos podios y abandonar el campeonato a mediados de la temporada, un final que fue la confirmación de una mala relación entre el corredor y el propietario del equipo, Ron Dennis. Uno de los casos más sonados fue el de su lesión el año anterior, que en un principio el colombiano explicó que fue provocada por una práctica de tenis, pero Dennis señaló que había sido por una caída en motocicleta.

Otro de los motivos de su marcha fue por el desencanto con la categoría y con su equipo. Al final Montoya dejó la Fórmula Uno tras siete carreras ganadas, 15 segundos lugares y ocho terceros puestos, y 13 poles y 307 puntos sumados. 

Luego de su salida de la Fómula Uno, Montoya fue a la Nascar, categoría reina del automovilismo nortamericano, donde participó en tres carreras. Además compitió en algunas ediciones de las 24 horas de Daytona, y logró tres triunfos.   


[1] Hilton , Christopher; Juan Pablo Montoya; Intermedio Editores; 2003; Pág. 139. 

[2] Libro Oficial de la Fórmula 1 temporada 2005; CEAC; Pág. 13